El desastre del Guadiamar cambió nuestra mentalidad
Quiero agradecer a Andalucía Ecológica la oportunidad que me ofrece para dirigirme a sus lectores y poder compartir las líneas maestras de las políticas de medio ambiente que el Gobierno de Andalucía está aplicando en lo que llevamos de legislatura. Unas iniciativas que marcan el presente y que pretenden proyectar la relación que los andaluces aspiramos a tener con la naturaleza en el futuro.
Estoy convencido de que coincidimos en que quienes viven en territorio andaluz lo hacen en un espacio extraodinariamente afortunado. Más de mil kilómetros de playas, alta montaña, dehesas, una flora y una fauna únicas en el mundo. Nuestro deber como ciudadanos es cuidar esta tierra, conocerla para poder quererla como se merece. Y la obligación de los responsables públicos es la de gestionar con eficiencia los recursos a su alcance para poner en marcha acciones y programas que garanticen el mantenimiento de nuestro medio natural.
En este sentido estoy convencido de que la política dispone de la herramienta más eficaz para conseguir estos objetivos: la ley. A través de las leyes establecemos nuestras prioridades; y si hay una ley en la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio que da sentido a todo lo que haremos es la Ley de Medidas Frente al Cambio Climático, pendiente ya de su aprobación parlamentaria.
Con ella, Andalucía adquiere el compromiso de aplicar medidas concretas para combatir la mayor amenaza del planeta. Hemos sido pioneros en poner en marcha una iniciativa legislativa de estas características, convencidos, como lo estamos, de la necesidad que tenemos de adaptarnos al cambio climático y de frenar sus efectos más devastadores.
Por otro lado, a los dos grandes emblemas medioambientales de Andalucía, Doñana y Sierra Nevada, está a punto de unirse Sierra de las Nieves como tercer Parque Nacional de nuestra comunidad. La Junta de Andalucía ha canalizado la demanda de los ciudadanos de la comarca de Sierra de las Nieves, que entienden que una mayor protección no solo es compatible con el desarrollo social y económico, sino que es imprescindible, ya que le otorga a todo lo que se genera alrededor del parque una marca de calidad contrastada, un extraordinario valor añadido.
Una de las grandes alegrías que nos llevamos nada más empezar a andar esta legislatura fue la nueva catalogación que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) otorgó al lince ibérico. La amenaza de esta especie pasaba de ser de “en peligro crítico de extinción” a “en peligro de extinción”. En el año 2002 quedaban en toda la Península Ibérica 94 linces. A día de hoy, su censo es de 593, de los que 448 viven en los campos andaluces.
El proyecto de recuperación del lince ibérico, que ha sido reconocido por la Unión europea como el mejor proyecto de recuperación de especies de los últimos 25 años, es un motivo de orgullo para todos los andaluces. Pero no es el único. Programas de recuperación como el del quebrantahuesos, o trabajos de conservación como los que llevamos a cabo con el águila imperial dicen mucho del entusiasmo, dedicación, recursos y esfuerzo que le dedicamos a la protección de especies en Andalucía.
Para seguir potenciando, precisamente, la necesidad de conservar las especies, los andaluces y andaluzas podrán ver de cerca al felino más amenazado del planeta en su propio hábitat y un espacio preparado para ello. Hemos acondicionado un observatorio del lince ibérico en el Acebuche, en Doñana, para seguir impulsando las políticas de educación y sensibilización ambientales con ejemplares que ya no son aptos ni para la reproducción ni para la vida en libertad.
Durante esta legislatura hemos dado un impulso renovado a las políticas de depuración y saneamiento. En julio de 2017 se suscribió un protocolo entre la Junta de Andalucía y el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para el cumplimiento de la Directiva europea sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, que contempla una inversión total de 791 millones de euros para 149 actuaciones. Del presupuesto total, el Estado aportará 231 millones procedentes de los fondos comunitarios Feder y la Junta 561 millones.
Si 2017 fue el año del gran incendio, 2018 es el año del comienzo de la restauración ambiental de la zona afectada por el sinisetro de las Peñuelas, junto a Doñana. Una reforestación que se va a realizar con criterios científicos y técnicos, y que contará con el trabajo de los miles de voluntarios que desean aportar lo mejor de ellos mismos para devolver la naturaleza viva a esa zona devastada por el fuego.
Esta concienciación, esta forma de entender la vida en relación directa con la naturaleza no ha surgido en nuestra tierra de manera espontánea. Estoy convencido de que todos somo hijos de la tragedia del Guadiamar, un desastre medioambiental que supuso un antes y un después en la forma de entender nuestra relación con la naturaleza.
Lo peor, evidentemente, el desastre. Lo mejor, la capacidad de todo un pueblo para revertir una situación tan negativa y convertir en corredores ecológicos naturales lo que eran ríos de lodos. Lo mejor de aquel desastre fue que la conciencia ecológica, la conciencia medioambiental en Andalucía, ya nunca fue la misma. En pocos días maduró y se extendió extraodinariamente hasta el punto de penetrar en los gobiernos de los ayuntamientos, las diputaciones, la Junta de Andalucía y todo el conjunto del Estado.
Y aquí, en Andalucía, cada ley, cada propuesta, cada iniciativa relacionada con la naturaleza no se lleva a cabo sin escuchar a todos los implicados, a los colectivos que de una u otra forma tienen algo que decir y que aportar. Si en algo se caracteriza la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio es en su firmeza a la hora de defender la naturaleza. Lo ha demostrado desde hace mucho tiempo, y el inicio de las acciones legales contra la negativa del Gobierno central a evaluar de forma conjunta el proyecto de almacenamiento de gas promovido por la firma Gas Natural en el entorno del Espacio Natural de Doñana es un claro ejemplo de ello.
Una firmeza que no está reñida con el diálogo y la búsqueda del consenso.
José Fiscal López
Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio
Junta de Andalucía