REPSOL causa un desastre ambiental sin precedentes en Perú
- On 24 enero, 2022
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- biodiversidad, contaminación
“REPSOL causa un desastre ambiental sin precedentes al derramar al menos 6 mil barriles de petróleo al mar”
El vertido de crudo ha afectado gravemente 17 playas y comprometido dos Áreas Naturales Protegidas.
Debemos discutir la continuidad de la extracción petrolera en el mar. Esta es una actividad de alto riesgo que compromete el clima, la actividad pesquera, la biodiversidad y la belleza paisajística.
Lima, enero de 2022. La tarde del sábado 15, las altas mareas registradas en el litoral peruano producto de la erupción de un volcán submarino en Tonga alteraron el proceso de descarga de petróleo crudo del buque Mare Dorium a la Refinería La Pampilla, de REPSOL, produciéndose el derrame de 6,000 barrilles. El incidente ha venido afectando gravemente más de 17 playas desde Ventanilla hasta Chancay y dos Áreas Naturales Protegidas: la Zona Reservada Ancón y los Islotes de Pescadores, perteneciente a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, donde habitan especies como el pingüino de Humboldt y la nutria marina, ambas legalmente protegidas. Desde Oceana Perú nos preguntamos: ¿Cómo es posible que en medio de la alerta de tsunami a lo largo de toda la costa del Pacífico la empresa REPSOL siguiera descargando combustible en el mar? ¿A qué se debe que nuestros sistemas de alerta, como el que debió emitir la Marina de Guerra del Perú por el tsunami, sean tan débiles e ineficientes?
Hasta cuatro días después del desastre ambiental no se tomaron las medidas necesarias para contenerlo, lo que provocó que este se siga extendiendo. Según reportes de la zona, se estuvo limpiando el petróleo con recogedores, palas, carretillas, baldes, entre otras herramientas de alcance y efectividad limitados. El país desconoce cuál es el plan de contingencia que debería estar llevándose a cabo con un cronograma de acciones de remediación precisas y cuantificables, y que, además, esté alineado a los estándares requeridos por la naturaleza de esta emergencia ambiental.
Aunque el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), adscrito al Ministerio del Ambiente, ha ordenado una serie de medidas administrativas de inmediato cumplimiento para REPSOL, como la identificación de las zonas afectadas, la contención y recuperación del petróleo, así como la segregación, almacenamiento, transporte y disposición final de los residuos, se sabe que la remediación como tal no es posible, debido a que estas acciones no permiten la recuperación del ecosistema en el corto ni mediano plazo, sino que la misma queda en manos de la propia naturaleza y puede tomar muchos años.
Desde Oceana, nos oponemos a todo tipo de explotación de hidrocarburos en la plataforma continental y desalentamos el empleo de fuentes de energía no renovable que contribuyen al calentamiento global y afectan los océanos. Consideramos que La Marina del Perú no ha respondido a sus funciones al no lanzar la alerta de tsunami por la erupción del volcán en Tonga y exigimos a REPSOL aclarar por qué habría continuado las operaciones de descarga de combustible si es que se detectó un mar anómalo, además de no poner en marcha acciones apropiadas para hacer frente a este hecho.
Como país debemos discutir la continuidad de la extracción petrolera en el mar. Esta es una actividad de alto riesgo que compromete la actividad pesquera, que es pilar de seguridad alimentaria y laboral de los pescadores; la biodiversidad; y la belleza paisajística como base del turismo. Y, sobre todo, debemos exigir la transparencia de los planes de contingencia. A la fecha, estos no son públicos y tampoco se realizan simulacros ni actividades que nos preparen para enfrentar estos problemas. ¿Por qué arriesgar el futuro del mar peruano por un negocio que está de salida a nivel global?
Oceana es la mayor organización internacional de defensa dedicada en exclusiva a la conservación de los océanos. Contribuye a restaurar océanos ricos y biodiversos al conseguir la adopción de políticas basadas en evidencia científica en países que controlan un tercio de las capturas de peces silvestres del mundo. Con más de 225 experiencias exitosas que han logrado detener la pesca excesiva, la destrucción de hábitats, la contaminación y la matanza de especies amenazadas como tortugas y tiburones, las campañas de Oceana están logrando resultados. Un océano restaurado equivale a que mil millones de personas puedan disfrutar de una comida saludable a base de alimentos marinos, todos los días, para siempre.
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