AGENDA 21 LOCAL
- On 13 julio, 2017
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- AGENDA 21 LOCAL, cambio climático, sostenibilidad, Territorio
Las ciudades y su función en la sostenibilidad
De abajo arriba, de lo local a lo global. Las ciudades tienen una función determinante en el proceso de cambio de los modos de vida, de la producción, del consumo y de las pautas de distribución del espacio, señala la Carta de Aalborg, aprobada por los participante en la Conferencia Europea de Ciudades Sostenibles celebrada en la ciudad danesa del 24 al 27 de mayo de 1994. Ya antes, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tierra), celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992, se planteó la necesidad de enfocar de forma equilibrada e integral las cuestiones relativas al medio ambiente y al desarrollo. Para ello, se aprobó un plan mundial de acción en todas las áreas relacionadas con el desarrollo sostenible: la Agenda 21.
La Cumbre de la Tierra anunció una nueva manera de considerar el desarrollo y la planificación ambiental a todos los niveles. Los líderes del mundo, cuando adoptaron los principios de la Declaración de Río y la Agenda 21, como vía hacia el desarrollo sostenible en el siglo XXI, reconocieron la importancia de invertir en la mejora de la salud y el medio ambiente de las personas, como requisito indispensable.
La Agenda 21 es un programa para desarrollar la sostenibilidad a nivel planetario, aprobado por 173 gobiernos que participaron en la Cumbre de la Tierra, que abarca aspectos económicos, sociales y culturales, así como relativos a la protección del Medio Ambiente. Su capítulo 28 anima a las comunidades locales a crear su propia versión, una Agenda 21 Local. Y es que gran parte de los objetivos de la Agenda 21 dependen casi en exclusiva del papel de las comunidades locales: de las decisiones, actitudes y comportamientos de los ciudadanos y autoridades locales. Estas últimas se ocupan de la creación, el funcionamiento y el mantenimiento de la infraestructura económica, social y ecológica, supervisan los procesos de planificación, establecen las políticas y reglamentaciones ecológicas locales y contribuyen a la ejecución de las políticas ambientales en los planos nacional e internacional.
Las medidas que se proponen intentan detener la destrucción del medio ambiente y eliminar las desigualdades entre los países.
Los objetivos se concretan en la lucha contra la pobreza, la protección y el fomento de la salud, la protección de la atmósfera, la conservación y el uso racional de los recursos forestales, la lucha contra la desertización, la protección de los ecosistemas de montaña, el desarrollo de la agricultura sin agredir al suelo, la conservación de la biodiversidad, la gestión racional y ecológica de la biotecnología, la protección de los recursos oceánicos y de agua dulce, la seguridad en el uso de los productos tóxicos y la gestión de los desechos sólidos, peligrosos y radiactivos. Como se ve, los temas apuntados son de una complejidad enorme y requieren un trato cuidadoso.
Las actuaciones prioritarias de la Agenda 21 se plantean en siete grandes apartados: el mundo próspero (revitalización del desarrollo con criterios sostenibles), el mundo justo (una vida sostenible), el mundo habitable (núcleos de población), el mundo fértil (uso eficiente de los recursos), el mundo compartido (recursos globales y regionales), el mundo limpio (gestión de productos químicos y residuos) y el mundo de las personas (participación y responsabilidad de las personas).
La Cumbre de la Tierra marca un hito histórico: la instauración de un nuevo sistema de entendimiento mundial para el desarrollo sostenible, basado en la indivisibilidad de la protección ambiental y el proceso de desarrollo.
Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible
Esta iniciativa arrancó en abril de 1999, cuando en Consejo de Gobierno se aprueba la elaboración de una Agenda 21 Andalucía, inspirada en los acuerdos de Río’92.
El Gobierno Andaluz encarga a la Consejería de Medio Ambiente el inicio de este proceso con el fin de cumplir dos necesidades: por un lado, disponer de un consenso generalizado sobre las actuaciones ambientales y el desarrollo sostenible en la Comunidad y, por otro, cumplir con el compromiso de la Cumbre de Río, de tener una Agenda 21.
El primer borrador fue debatido en el seno del Consejo Andaluz para el Desarrollo Sostenible de Andalucía en el Siglo XXI (CADS), en 1999, integrado por 73 expertos de diferentes disciplinas.
A partir de las resoluciones del citado Consejo, se elaboró el documento de Bases para la Agenda 21 Andalucía, en las sesiones de trabajo celebradas en octubre y noviembre de 1999, siendo aprobado definitivamente el 27 de enero de 2000. El 23 de marzo de ese mismo año, se presenta el documento al Comité de Acciones para el Desarrollo Sostenible, órgano administrativo en el que están representadas las consejerías andaluzas y será el encargado de promover y coordinar la aplicación de aquellas medidas de la Agenda 21 Andalucía cuya competencia corresponda al Gobierno Autonómico.
Asimismo, el 4 de abril de 2000, también se presenta el documento de Bases al Consejo Andaluz de Medio Ambiente, órgano colegiado de participación social, adscrito a la Consejería de Medio Ambiente, para hacer efectiva la colaboración y asesoramiento en la actividad de la Administración Autónoma en materia de conservación y protección del medio ambiente.
Estas Bases han servido como punto de partida para abrir el debate y avanzar hacia la elaboración de una Agenda 21 Andalucía, como Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible.
Para continuar con este proceso de elaboración, se decidió la constitución de un Foro de Desarrollo Sostenible en el seno del citado Consejo Andaluz de Medio Ambiente, el 25 de febrero de 2002, como grupo de trabajo permanente, creado para impulsar la participación ciudadana en la formulación, ejecución, evaluación y seguimiento de la Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible. En el Foro estaban representados todos los sectores: asociaciones Ecologistas, Organizaciones. Sindicales, consumidores y usuarios, asociaciones, organizaciones empresariales, representantes de municipios, comunidad docente e investigadora y asociaciones agrarias.
La Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible, una vez incorporadas todas las alegaciones y aportaciones, fue aprobada por amplia mayoría del Foro de Desarrollo Sostenible el 5 de junio de 2003, y ratificada por el Pleno del Consejo Andaluz de Medio Ambiente en reunión extraordinaria celebrada ese mismo día.
Este documento define el camino hacia el desarrollo sostenible y establece las claves sobre las que se debe actuar, identificando los principales retos que plantea la sostenibilidad en el horizonte de los próximos diez años, para que este concepto sea operativo y catalizador de las diferentes actuaciones.
“Estamos convencidos de que la vida humana en este planeta no puede ser sostenible sin unas comunidades locales viables. El Gobierno Local está cerca del lugar donde se perciben los problemas ambientales y muy cerca de los ciudadanos; comparte además con los gobiernos todos los niveles de responsabilidad del bienestar del hombre y de la naturaleza. Por consiguiente, las ciudades tienen una función determinante en el proceso de cambio de los modos de vida, de la producción, del consumo y de las pautas de distribución del espacio” (Carta de Aalborg, 27 de mayo de 1994).
Implicar a toda la sociedad
“El desarrollo sostenible es un objetivo colectivo y por ello un derecho y un deber de los ciudadanos; es imprescindible la incorporación del medio ambiente, su protección y los efectos sobre el mismo, en la toma de decisiones de las distintas políticas sectoriales de los gobiernos respectivos; y deben eliminarse los sistemas de producción y consumo insostenibles y sustituirse por los de producción limpia”. Estas son las tres premisas de las que parte la estrategia.
Esta pretende implicar a toda la sociedad andaluza en el diseño del proceso de desarrollo sostenible para este siglo XXI a través de 24 áreas temáticas: desde la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, la relación del empleo y el medio ambiente, la coordinación institucional, la lucha contra la desigualdad y la pobreza o la cooperación internacional hasta consideraciones sobre la energía, el agua y otros recursos, el turismo sostenible, el desarrollo industrial o la participación ciudadana, entre otras.
La Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible se guiará por seis criterios operativos:
–criterio de irreversibilidad cero: Reducir a cero las intervenciones acumulativas (por ejemplo, la emisión persistente de tóxicos que no son biodegradables y se acumulan en las cadenas tróficas) y los daños irreversibles (por ejemplo, la pérdida de biodiversidad).
–criterio de aprovechamiento sostenible: Las tasas de usos de los recursos renovables no pueden ser superiores a las tasas de regeneración de estos recursos. Toda inversión en la explotación de un recurso no renovable deberá ser acompañada con una inversión compensatoria en un recurso renovable alternativo.
–criterio de la emisión sostenible: Las emisiones de desechos y residuos no deben ser superiores a las capacidades naturales de asimilación de los ecosistemas a los que se emiten esos residuos.
–criterio de eficiencia tecnológica: Han de favorecerse las tecnologías que aumenten la productividad de los recursos frente a las tecnologías que incrementen la cantidad extraída de recursos.
–criterio de precaución: Ante la magnitud de los riesgos potenciales a que nos enfrentamos, se impone una actitud de vigilante anticipación que identifique y descarte de entrada, las vías que podrían llevar a desenlaces catastróficos.
–criterio de prevención: Evitar, en lo posible, las repercusiones negativas de la actividad humana sobre el medio ambiente y adoptar un papel activo respecto a la prevención de los riesgos comprobados, de carácter natural o tecnológico, en las tres dimensiones del desarrollo sostenible (ambiental, social y económica).
El esquema de la EADS responde a las recomendaciones de la Cumbre de Río’92, de la Cumbre Río + 10, de Johannesburgo en 2002, y del Consejo Europeo de Gotemburgo de junio de 2001, donde se aprobó la Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea e invitó a los Estados Miembros a que elaborasen sus propias estrategias nacionales de desarrollo sostenible. Estas recomendaciones hacen referencia a la necesidad de enfocar de forma equilibrada e integral las cuestiones relativas al medio ambiente y al desarrollo, y que sean los gobiernos regionales y locales los que expongan sus compromisos en el marco de una Agenda 21 por la sostenibilidad. Las autoridades locales deben contribuir al diseño y ejecución de las políticas ambientales, tanto en el plano nacional como en el subnacional.
La EADS debe reglar y regular cómo plantear este compromiso por la sostenibilidad en los distintos ámbitos, y se insiste en la labor importantísima que debe desempeñar la autoridad más cercana al pueblo en la educación y movilización del público en pro del desarrollo sostenible.
La Estrategia compromete tanto al Gobierno andaluz como a todos sus firmantes para desarrollar, dentro de las competencias y ámbitos respectivos, las propuestas recogidas en torno a 259 orientaciones repartidas en 24 áreas temáticas. Entre ellas, destaca la especial atención que se concede a los proyectos de mejora de las condiciones paisajísticas y medioambientales de las zonas urbanas, en la línea ya iniciada por la Junta de Andalucía con proyectos como la creación de corredores verdes, la regeneración de áreas degradadas, el sellado de vertederos incontrolados, la dotación de parques periurbanos, la descontaminación de suelos y la reforestación de las periferias urbanas.
El objetivo de conservar la biodiversidad tendrá sus principales propuestas en la elaboración de un inventario general de recursos genéticos y culturales, la creación de nuevos bancos genéticos y reservas en vivo de especies autóctonas en peligro de extinción y el reforzamiento de los controles sobre la introducción en el medio natural de organismos modificados genéticamente.
En materia hidrológica, la principal previsión se dirigía a crear la Agencia Andaluza del Agua como organismo encargado de promover el uso racional y sostenible de los recursos hídricos. Asimismo, el documento apuesta por seguir desarrollando y ampliando las nuevas alternativas de suministro ensayadas sobre todo en la zona oriental de la comunidad (desalación de agua de mar, recarga artificial de acuíferos, reutilización de aguas residuales, etc.).
Respecto a la actividad económica, la Estrategia propone la reinversión de parte de los beneficios que proporcionan los montes públicos en la mejora de la calidad de vida de las poblaciones donde se ubican; la introducción de incentivos para las instalaciones turísticas en función de su grado de adecuación medioambiental; la incorporación de los costes ambientales a los estudios de viabilidad económica, y el fomento de la construcción de viviendas energéticamente eficientes. Finalmente, el documento incluye expresamente el rechazo a la entrada en el territorio andaluz de residuos radiactivos de alta actividad y a la fabricación, almacenamiento y tránsito de armamento nuclear en Andalucía.
Además de estas propuestas, la Agenda 21 andaluza incluye otra serie de recomendaciones que el Gobierno andaluz ya viene aplicando durante los últimos años en sus distintos planes de contenido ambiental. Cabe destacar, en este sentido, los relacionados con la Estrategia Andaluza ante el Cambio Climático aprobada en septiembre de 2002 y en la que se recogen, entre otros objetivos, el incremento de la aportación de las energías renovables hasta el 15% del consumo primario total en 2010 y la reducción en un 28,4% de las emisiones de dióxido de carbono en el mismo horizonte temporal.
“Se considera necesaria una estrategia de desarrollo sostenible que se traduzca en la elaboración de una agenda 21 Andalucía, con el fin de asumir un modelo de desarrollo sostenible para el siglo XXI”.
Principios rectores
El desarrollo sostenible es un objetivo común y solidario que debe ser atendido como un derecho y un deber de las personas.
–El derecho al desarrollo debe ejercerse de forma equilibrada entre las necesidades socioeconómicas y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
–El medio ambiente es un bien de interés general de todas las personas y, como interés colectivo que es, debe prevalecer sobre el individual.
–La protección del medio ambiente debe incorporarse al proceso de desarrollo, a los modelos económicos y a las acciones e intervenciones públicas y privadas.
–Es necesario valorar de forma preventiva los efectos positivos y negativos de cualquier acción humana sobre el medio ambiente, así como mejorar la integración entre los procesos económicos y ecológicos, y garantizar la reducción, en la medida de lo posible, de los riesgos naturales y tecnológicos para la salud y la seguridad de las personas, los bienes y el medio ambiente.
–La gestión medioambiental diseñada por las diferentes instituciones, públicas y privadas, debe orientarse al desarrollo sostenible, desde la mejora continua, y realizarse en un marco de colaboración, cooperación, incentivación, coordinación y participación social.
–Todos tienen el derecho a un medio ambiente sano, así como el deber de conservarlo, y deben cooperar en la tarea esencial de reducir las diferencias en el acceso y en las oportunidades a disfrutar del nivel y calidad de vida que permita el desarrollo de las personas y de la colectividad en Andalucía.
–Andalucía cooperará con espíritu de solidaridad global para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad de otras regiones del planeta. Dicha cooperación se dedicará prioritariamente a reforzar la creación de capacidades endógenas para lograr un desarrollo sostenible, aumentando el saber científico y tecnológico mediante el intercambio de conocimientos y experiencias.
–Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida de todas las personas, la
administración andaluza fomentará la adaptación de los sistemas de producción y consumo, orientándolos hacia la sostenibilidad.
–La acción conjunta y complementaria de las iniciativas públicas y privadas deben ir orientadas a apoyar sistemas de producción limpia y su integración en el tejido productivo como un elemento fundamental de desarrollo sostenible
Red de Ciudades Sostenibles de Andalucía
La Red Española de Ciudades por el Clima (RECSA) es la Sección de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que aglutina ciudades y pueblos comprometidos con el desarrollo sostenible y la protección del clima. El objeto de la Red es convertirse en un instrumento de apoyo técnico para estas corporaciones locales, ofreciéndoles herramientas para alcanzar un desarrollo sostenible. Los ejes básicos de actuación de la Red son la eficiencia energética y el desarrollo de energías renovables, la arquitectura bioclimática y el urbanismo sostenible.
La Red articula el protagonismo de las corporaciones locales en la gestión medioambiental, permitiendo hacer compatibles la necesidad de abordar, desde el punto de vista normativo, problemas globales que excedan el ámbito municipal.
La Red nace tras la aprobación de la correspondiente resolución por la Comisión Ejecutiva de la FAMP el 26 de septiembre de 2001 con el objetivo de contribuir al desarrollo sostenible de Andalucía mediante la sostenibilidad ambiental y la integración del medio ambiente en el conjunto de las políticas de la Administración Local.
Hasta la fecha son más de trescientos los Ayuntamientos Adheridos a la Red. “Desde la Red de Ciudades Sostenibles de Andalucía nos marcamos como reto el trabajo cooperativo con los Gobiernos Locales Adheridos y con otros organismos e instituciones públicas y privadas para que nuestras ciudades y nuestros pueblos sean cada día más atractivos, mas confortables y más saludables, que respondan a las necesidades de hombres y mujeres, que sean un espacio de oportunidades y convivencia, y en ningún caso, de incomodidades para la ciudadanía y que sean también ejemplo de integración y ejercicio de los derechos ciudadanos”, señalan..
Como objetivos específicos la Red de Ciudades Sostenibles de Andalucía pretende:
–Ampliar y consolidar el compromiso de Andalucía en la cooperación interadministrativa para solucionar problemas ambientales a escala regional y global.
-Reforzar el carácter horizontal de la política ambiental en la comunidad autónoma.
-Contribuir a la consolidación de un modelo de pueblos y ciudades sostenibles gracias a la consolidación del trabajo en Red.
-Contribuir al Desarrollo Rural de Andalucía haciendo compatible la conservación y el uso sostenible del medio natural.
-Lograr una sociedad más participativa y comprometida con la conservación de los recursos naturales, con la mejora del medio ambiente y con la búsqueda de nuevas propuestas y alternativas de sostenibilidad ambiental.
El pacto de los alcaldes
La reciente iniciativa comunitaria contra el Cambio Climático denominada El Pacto de Alcaldes y puesta en marcha por la Comisión Europea tiene, entre otros, el objetivo de movilizar a los Gobiernos Locales de Europa para ir más allá de los objetivos que, en materia de energía sostenible, fijaron los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. Hasta la fecha son más de 400 Gobiernos Locales los firmantes, de los que 78 son de andaluces (marzo 2009).
Este Pacto de Alcaldes parte de la base de que la acción descentralizada e impulsada desde el nivel local resulta básica para cumplir con el compromiso de reducir la emisión de gases de efecto invernadero; asimismo, se hace referencia a que los Entes Locales, grandes y pequeños, en toda Europa, ya están contribuyendo a reducir la contaminación mediante la adopción de programas de eficiencia energética en ámbitos como el transporte urbano y la promoción de fuentes de energía renovable en las áreas urbanas.
Sobre este punto de partida, los Alcaldes se comprometen a ir más allá de los objetivos establecidos por los Jefes de Estado para 2020 y reducir las emisiones de CO2 en sus territorios en más de un 20% mediante la aplicación de un plan de acción de energía sostenible; se comprometen igualmente a adaptar sus estructuras urbanas y a asignar recursos para movilizar a la sociedad civil para que participe en el plan de acción, elaborar un informe de evaluación anual para seguimiento y control del plan, poner en común sus experiencias y organizar “Días de la Energía” o “Días del Pacto de Alcaldes” para dar a conocer a la ciudadanía las ventajas de un uso energético más inteligente.
El compromiso se extiende a la participación en la conferencia anual de Alcaldes y a la divulgación del mensaje del Pacto. La Comisión Europea es la responsable de financiar y poner en marcha esta estructura, así como de asumir la coordinación de la Conferencia de Alcaldes de la UE a favor de una Europa por la Energía sostenible.
El texto que recoge el Pacto de Alcaldes aparece también una reivindicación de los responsables locales que piden a la Comisión Europea y a las Administraciones Nacionales que establezcan unos sistemas de cooperación para apoyar a las ciudades del Pacto en la aplicación de sus planes de acción para la energía sostenible.
Como ya mencionábamos anteriormente, entre los compromisos a adoptar por los alcaldes se encuentran:
-Ir más allá de los objetivos establecidos por la UE para 2020 y reducir las emisiones de CO2 en más de un 20 % mediante la aplicación de un plan de acción para la energía sostenible.
– Adaptar las estructuras urbanas, incluida la asignación de los suficientes recursos humanos, a fin de emprender las siguientes acciones:
- movilizar a la sociedad civil para que participe en el desarrollo del plan de acción, esbozando las políticas y medidas necesarias para la aplicación y cumplimiento de sus objetivos. El plan de acción se elaborará en cada territorio y se presentará a la Secretaría en el plazo de un año desde su ratificación por el Pacto;
- elaborar un informe de evaluación anual con fines de seguimiento y control;
- poner en común experiencias y conocimientos técnicos con los demás territorios;
- organizar «Días de la Energía» o «Días del Pacto entre alcaldes» en cooperación con la Comisión Europea y con otras partes interesadas, para que la ciudadanía pueda beneficiarse directamente de las oportunidades y ventajas que brinda un uso energético más inteligente, así como informar regularmente a los medios de comunicación locales sobre el desarrollo del plan de acción;
- asistir a la conferencia anual de alcaldes de la UE en favor de una Europa por la energía sostenible;
- divulgar el mensaje del Pacto en los foros que resulten oportunos y, en particular, invitar a otros alcaldes a que se unan a él;
El Análisis de los compromisos derivados de la adhesión al Pacto de Alcaldes (FEMP) resume estos compromisos en las actuaciones encaminadas a conseguir el objetivo de reducir, al menos, un 20% las emisiones de CO2; y esas actuaciones son, en primer lugar, la realización de un inventario de emisiones a la atmósfera que, a su vez, exige a los Ayuntamientos la recopilación, análisis, elaboración, organización y georreferenciación de la información sobre emisión de CO2 a la atmósfera desde el ámbito territorial correspondiente.
En segundo lugar, el Pacto implica la elaboración de un Plan de Acción que permita el desarrollo de las estrategias de mejora de la calidad del aire a partir de los datos obtenidos del inventario, incluyendo las propuestas de acciones concretas a realizar. La siguiente acción prevista es la ejecución del Plan de Acción, mediante la adopción de las medidas necesarias en cuanto a dotación económica, estructural y de recursos humanos para la correcta ejecución del Plan de Acción propuesto. Y finalmente, la cuarta y última actuación es la evaluación periódica del desarrollo y eficacia del propio Plan de Acción.
“La iniciativa comunitaria El Pacto de Alcaldes tiene, entre otros, el objetivo de movilizar a los Gobiernos Locales de Europa para ir más allá de los objetivos que, en materia de energía sostenible, fijaron los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. Hasta la fecha son más de 400 Gobiernos Locales los firmantes, de los que 78 son andaluces”.
Fuentes:
Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible. Agenda 21 Andalucía
Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP)
Antecedentes históricos y evolución.
1972.Conferencia sobre Medio Humano de las Naciones Unidas (Estocolmo). Se inicia el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Plantea por primera vez la determinante presión que las economías contemporáneas ejercen sobre el Medio Ambiente y los recursos naturales, especialmente en los países industrializados.
Conferencia intergubernamental sobre la protección en el Mediterráneo (Barcelona). Convenio para la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación (Convenio de Barcelona) Plan de Acción para el Mediterráneo.
1980. Estrategia Mundial para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (UICN). Con la colaboración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el World Wildlife Fund (WWF).
Informe Brundtland “Nuestro Futuro Común”. Gro Harlem Brundtland, ex Primera Ministra de Noruega, elabora para las Naciones Unidas el informe Nuestro futuro común. Primera formulación en documento oficial del concepto de “desarrollo sostenible”. A partir de este momento, la idea de sostenibilidad se va universalizando como referente en todas las políticas medioambientales y de crecimiento económico.
Conferencia de Río de Janeiro “Cumbre de la Tierra”. Declaración de Río Agenda 21. Convenio sobre el Cambio Climático. Convenio sobre la Diversidad Biológica. Declaración de Principios Relativos a los Bosques. Introduce una nueva perspectiva de globalidad e integración, entendiendo el mundo como un todo en equilibrio. Los acuerdos se concretan en cinco apartados, uno de ellos es la ejecución de las Agendas 21 Locales.
5º Programa de Acción Ambiental de la Unión Europea “Hacia un desarrollo sostenible”. Nuevo planteamiento respecto a la política medioambiental orientado hacia la prevención, dando entrada a los poderes públicos, empresas, agentes sociales, y grupos implicados en la conservación del Medio Ambiente y sobre todo al público en general, con el objetivo de que el desarrollo económico sea compatible con la protección del Medio Ambiente.
1994. Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles. Carta de Aalborg (Dinamarca). A partir de la Declaración de Río y del 5º Programa de la Unión Europea se establece el compromiso de las ciudades europeas como punta de lanza del proceso hacia la sostenibilidad y la Agenda Local 21.
II Conferencia de Ministros y Responsables de Medio Ambiente de las Regiones de la Unión Europea en materia de Medio Ambiente (Valencia). Carta de las Nacionalidades y Regiones Europeas para el Medio Ambiente (Carta de Valencia).
Informe Dobris sobre el estado del Medio Ambiente en Europa. Información global y comparativa del estado y el uso de los recursos en Europa.
II Conferencia de las Ciudades y Pueblos hacia la Sostenibilidad” (Lisboa). Congrega a representantes de más de 1000 autoridades locales y regionales y se presentan procesos iniciados en 35 países europeos. Carta de Lisboa. Documento de continuidad de la Carta de Aalborg, denominado De la Carta a la Acción basado en experiencias locales.
Conferencia de las Naciones Unidas sobre asentamientos humanos. «HABITAT II» (Estambul). Declaración de Estambul Agenda Habitat. Avance en la integración y concentración de políticas en las ciudades y en la potenciación de la participación de los gobiernos locales y de las organizaciones. Acuerdo de potenciar la participación de los gobiernos locales en la vida internacional.
1997. Asamblea General de las Naciones Unidas: sesión especial sobre el medio ambiente y el desarrollo, «Río + 5» (Nueva York). Programa para la mejor aplicación de la Agenda 21. Programa de trabajo multianual para la Comisión para el Desarrollo Sostenible 1998-2002.
Convenio sobre el Cambio Climático: reunión de la Conferencia de las Partes (Kioto)
Convenio sobre Diversidad Biológica: reunión de la Conferencia de las Partes (Bratislava)
Cumbre del Cambio Climático en Buenos Aires: Reunión de la Conferencia de las Partes (Buenos Aires)
Conferencia Euro-Mediterránea de Ciudades Sostenibles (Sevilla). Reunión de representantes, autoridades y asociaciones de ciudades de la Cuenca Mediterránea con el objetivo de implicarlas en el desarrollo sostenible y evaluar el grado de aplicación de la Carta de Aalborg y el Plan de Acción de Lisboa.
III Conferencia de las Ciudades y Pueblos hacia la Sostenibilidad. Hannover (Alemania). Balance sobre la Campaña de Ciudades Europeas Sostenible en los últimos años.
IV Conferencia Europea sobre Ciudades y Villas Sostenibles (Aalborg). Se hace balance de la aplicación de la Carta de Aalborg en Europa y se firma un documento que serviría para llevar las acciones sobre sosteniblidad a la calle: los Compromisos de Aalborg.
2007. V Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles (Sevilla) Pretende acelerar y potenciar la sostenibilidad local en Europa.
Los Compromisos de Aalborg
- Gobernabilidad. Nos comprometemos a impulsar la democracia participativa en los procesos de toma de decisiones locales.
Por ello, trabajaremos para:
- Impulsar el desarrollo de una visión compartida a largo plazo sobre ciudades y pueblos sostenibles.
- Basar la participación y la capacidad de desarrollo sostenible en la Administración y comunidad locales e invitar a todos los sectores de la sociedad a participar de facto en el proceso de toma de decisiones.
- Tomar decisiones participativas, responsables y transparentes.
- Cooperar eficazmente con los municipios vecinos, con otras ciudades y pueblos y con otros niveles de gobierno.
- Gestión local hacia la sostenibilidad. Nos comprometemos con la implementación de principios eficaces de gestión, desde su formulación a su implementación y evaluación.
Por ello, trabajaremos para:
- Reforzar la Agenda 21 Local u otros procesos de sostenibilidad local hasta convertirlos en una arteria fundamental del gobierno local.
- Poner en marcha una gestión hacia la sostenibilidad basada en el principio de prevención y teniendo en cuenta las directrices de la futura Estrategia Europea para el Entorno Urbano.
- Establecer objetivos y plazos en el marco del Compromiso de Aalborg y evaluar los resultados alcanzados.
- Garantizar que la sostenibilidad sea un eje vertebrador del proceso de toma de decisiones urbanas y que la asignación de recursos se base en criterios de sostenibilidad.
- Cooperar con la Campaña Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles y su red para evaluar nuestros progresos hacia la consecución de los objetivos planteados.
- Recursos Naturales Comunes. Nos comprometemos con la completa asunción de nuestra responsabilidad en la protección, preservación y garantía del acceso equitativo a los recursos naturales comunes.
Por ello, trabajaremos para:
- Reducir el consumo de energía primaria e incrementar el de energías renovables.
- Mejorar la calidad del agua y su uso más eficiente.
- Promover e incrementar la biodiversidad así como extender y cuidar las áreas naturales protegidas y las zonas verdes.
- Mejorar la calidad del suelo, preservar la tierra de producción ecológica y promover la agricultura y silvicultura sostenibles.
- Mejorar la calidad del aire.
- Consumo Responsable y Elecciones sobre Estilos de Vida. Nos comprometemos a adoptar medidas que potencien el uso prudente y eficaz de los recursos y a estimular el consumo y la producción sostenibles.
Por ello, trabajaremos para:
- Reducir y tratar de evitar el consumo irresponsable e incrementar el reciclaje y la reutilización.
- Gestionar y tratar el desaprovechamiento de acuerdo a los estándares de las mejores prácticas.
- Evitar el consumo innecesario de energía y mejorar la eficacia energética.
- Realizar adquisiciones sostenibles.
- Promover activamente la producción y el consumo sostenibles, concretamente de los productos eco-etiquetados, orgánicos y de comercio justo.
- Diseño y Planificación. Nos comprometemos con el rol estratégico de la planificación urbana en el diseño de las líneas básicas en los planos ambiental, social, económico, cultural y de salud para el beneficio de todos.
Por ello, trabajamos para:
- Regenerar las áreas degradadas y deprimidas.
- Evitar el desarrollo urbano desestructurado, consiguiendo densidades de población adecuadas y priorizando la regeneración de territorios urbanizados sobre el desarrollo de nuevas áreas.
- Asegurar el uso combinado de edificios con un necesario equilibrio entre trabajo, domicilios particulares y servicios, dando preferencia a los usos residenciales en el centro de las ciudades.
- Asegurar la conservación, renovación y valorización del patrimonio cultural urbano.
- Poner en práctica los trámites necesarios para asegurar una construcción sostenible y promover una arquitectura de alta calidad.
- Mejor Movilidad urbana, menos tráfico. Nos comprometemos a establecer la interdependencia entre transporte, salud y medio ambiente y a impulsar decididamente opciones de transporte sostenibles.
Por ello, trabajaremos para:
- Reducir la necesidad del transporte motorizado privado y promover alternativas atractivas accesibles para todos.
- Incrementar los itinerarios del transporte público y en bicicleta y las zonas peatonales.
- Impulsar la transición hacia vehículos de baja emisión de gases.
- Desarrollar planes de movilidad urbana integrados y sostenibles.
Reducir el impacto del transporte sobre el medio ambiente y la salud pública.
- Acciones Locales en Materia de Salud. Nos comprometemos con la protección y la promoción de la salud y bienestar de nuestros ciudadanos.
Por ello, trabajaremos para:
- Cultivar la conciencia y actuar sobre los factores determinantes de la salud en sentido amplio, muchos de los cuales escapan al sector sanitario.
- Promover planes de desarrollo de ciudades saludables, que signifiquen para nuestras ciudades la consolidación de una conciencia sobre la salud.
- Reducir las desigualdades sanitarias y la marginalidad, lo que exigirá una evaluación constante de nuestros progresos.
- Promover la valoración sobre los impactos positivos como medio para que todos los sectores concentren sus esfuerzos en el ámbito de la salud y la calidad de vida.
- Fomentar que los urbanistas y planificadores urbanos integren criterios saludables en sus estrategias de desarrollo.
- Economía local pujante y sostenible. Nos comprometemos con la creación y consolidación de una economía local pujante que permita el acceso al empleo sin dañar el medio ambiente.
Por ello, trabajaremos para:
- Adoptar medidas que estimulen y respalden el empleo local y a los emprendedores.
- Cooperar con las iniciativas privadas locales para la promoción e instauración de buenas prácticas corporativas.
- Desarrollar e implementar principios de sostenibilidad en la ubicación y desarrollo de negocios.
- Alentar mercados locales de alta calidad y de integración regional.
- Promover un turismo local sostenible.
- Equidad y Justicia Social. Nos comprometemos con ciudades inclusivas y solidarias.
Por ello, trabajaremos para:
- Desarrollar e implementar programas que prevengan y alivien la pobreza.
- Asegurar el acceso equitativo a los servicios públicos, la educación, las oportunidades de empleo, la capacitación y las actividades culturales.
- Impulsar la inclusión social y asegurar la igualdad de derechos y oportunidades.
- Mejorar la seguridad de la comunidad.
- Procurar viviendas y condiciones de vida de calidad y socialmente integradas.
- De lo Local a lo Global. Nos comprometemos con la asunción de nuestra responsabilidad para con la paz, la justicia, la igualdad, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente.
Por ello, trabajaremos para:
- Desarrollar y seguir una estrategia integrada para mitigar el cambio climático y conseguir niveles sostenibles de emisión de gases.
- Integrar la política de protección del clima en las áreas de energía, transporte, comercio, residuos, agricultura y silvicultura.
- Activar la conciencia sobre las causas y posibles consecuencias del cambio climático e integrar acciones preventivas a este fin.
- Reducir los impactos sobre el medio ambiente y promover el principio de equidad ambiental.
- Fortalecer la cooperación internacional entre pueblos y ciudades y generar respuestas locales a los problemas globales en colaboración con los gobiernos, las comunidades y otros agentes.
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